25 junio 2013

ANABOLIZANTES Y MÚSCULO

(Diario Información, 25 junio 2013. Para leer el artículo completo tal y como apareció en el diario, pincha aquí)


¿Te has preguntado alguna vez si todos tenemos el mismo número de músculos o si es que l@s hay que tienen más? Los mismos, más de 600, pero algun@s los tienen mucho más desarrollados. Para conseguirlo se recurre en muchas ocasiones a la ingesta de esteroides anabolizantes, sustancias consideradas dopaje.

Si hace unos meses tratábamos en esta misma tribuna el problema de los trastornos del comportamiento alimentario que afectan mayoritariamente a la población femenina, debemos recordar que la vigorexia es aún más prevalente y es la población masculina joven la más propensa a sufrirla. Estos chicos de gimnasio pueden llegar a realizar auténticas barbaridades como nos lo cuenta el documental titulado Vigor que RTVE emitirá el próximo 15 de junio. Dietas desproporcionadamente ricas en proteínas y más alarmante aún, el uso de esteroides anabolizantes para provocar un crecimiento muscular que no puede conseguirse de otra forma.

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Los esteroides anabolizantes son un grupo de compuestos que favorecen el crecimiento de los tejidos, especialmente los músculos. La testosterona (hormona sexual masculina) y derivados sintéticos, como la nandrolona o el estanozolol son los más utilizados. Los esteroides anabolizantes se incluyen en la lista de sustancias que constituyen dopaje según la Agencia Mundial Anti-Dopaje (WADA).

Los deportistas de élite han sido tradicionalmente los principales consumidores de esteroides anabolizantes. Sin embargo, resulta alarmante la cantidad de deportistas aficionados, amateurs y jóvenes aún en edad escolar que también usan estos productos. Se estima que el 1-5% de los estudiantes de secundaria en USA y en varios países de Europa han utilizado estas sustancias. Los porcentajes son mucho mayores entre los asiduos a los gimnasios.

Los esteroides anabolizantes tienen diversas aplicaciones terapéuticas, entre las que se incluyen el hipogonadismo (baja producción de hormonas sexuales), el retardo de la pubertad, la supresión de la lactancia, la pérdida de libido tras el embarazo y la menopausia, el SIDA, la osteoporosis y situaciones de gran debilidad. Esta administración terapéutica se hace bajo control médico y a dosis bajas con el fin de conseguir efectos específicos.

Estos mismos compuestos, a dosis altas mejoran la fuerza y la masa muscular, la velocidad de contracción muscular y la recuperación tras ejercicios intensos. Además, de forma indirecta aumentan la fuerza y la resistencia a la fatiga en ejercicios de alta intensidad y corta duración (anaerobios). Sin embargo, estas mejoras van asociadas a dos problemas. Por una parte la administración de sustancias que pueden funcionar como la propia testosterona y por lo tanto alterar el equilibrio hormonal. Por otro lado, los efectos secundarios como consecuencia de las altas dosis a las que se utilizan, que pueden llegar a ser 50-100 veces superiores a las terapéuticas. A estas dosis, los esteroides anabolizantes dejan de ser específicos y provocan efectos secundarios que pueden ser irreversibles.

Dar la lista completa de los efectos secundarios que puede provocar la administración de altas dosis de esteroides anabolizantes puede resultar abrumador. Sin embargo, deben tenerse en cuenta para colocarlas en un lado de la balanza mientras que en el otro se sitúan la mejora del rendimiento deportivo y/o la estética muscular. Aumento de los niveles plasmáticos de colesterol-LDL (el malo), disminución del colesterol-HDL (el bueno), intolerancia a la glucosa (estadio pre-diabético), patologías hepáticas, complicaciones cardiovasculares entre las que se incluyen infarto de miocardio y ataque al corazón, son algunos ejemplos. Alteraciones psiquiátricas también son habituales: mayor agresividad e irritabilidad, depresión, psicosis paranoica y comportamiento anti-social. En los adolescentes es importante la aceleración de la maduración del esqueleto, lo que puede llevar a una parada temprana del crecimiento. En los hombres se ha descrito atrofia testicular y esperma de baja calidad, que puede llevar a infertilidad; pérdida de pelo, crecimiento de  las mamas y problemas con la próstata. En las mujeres es habitual el crecimiento excesivo de vello (hirsutismo), agravamiento del tono de voz, irregularidades menstruales, infertilidad, reducción del tamaño de los pechos y atrofia uterina.

Debemos tener en cuenta, además, que quienes utilizan esteroides anabolizantes raramente informan de los efectos secundarios, por lo que los descritos proceden en general de ensayos controlados. En estos, las dosis administradas son en general menores que las utilizadas por los deportistas. Por estas dos razones, se considera que los efectos adversos conocidos de estas sustancias están subestimados.

La accesibilidad a los esteroides anabolizantes es relativamente sencilla, estando disponibles incluso a través de Internet, sin necesidad de prescripción médica. Estos productos en venta no están sometidos a controles sanitarios, lo que hace que el consumidor esté expuesto a un riesgo añadido ante la posibilidad de adulteraciones que no son detectadas por las autoridades sanitarias.